Neuromodulación percutánea
La neuromodulación es una técnica invasiva, segura, efectiva y prácticamente indolora, que se realiza de manera ecoguiada. Consiste en la aplicación de una corriente de baja frecuencia aplicada del sistema nervioso periférico para estimular y normalizar la señal de un grupo de neuronas, para el buen funcionamiento neuromuscular. Los resultados son una disminución del dolor y una mejora en el control neuromotriz (mejora de la movilidad). Es por lo tanto altamente efectivo en cualquier patología del sistema músculo esquelético y compatible con otras técnicas de fisioterapia invasiva.

¿Por qué elegir la neuromodulación percutánea?
La neuromodulación percutánea es una técnica avanzada utilizada en fisioterapia que ofrece varios beneficios significativos:
Usos y beneficios:
- Mejora del dolor agudo
- Tratamiento del dolor crónico
- Tratamiento del dolor neuropático (por ejemplo síndrome del miembro fantasma)
- Complemento a otras terapias
- Mejora en recuperación de lesiones nerviosas (por ejemplo pie equino)
- Mejora de la función muscular y del movimiento
Preguntas frecuentes
Entendemos que puede haber muchas preguntas acerca de la neuromodulación percutánea y cómo puede beneficiarte. A continuación, hemos recopilado las preguntas más comunes para ofrecerte toda la información que necesitas.
La neuromodulación percutánea es una técnica avanzada en la cual se utiliza una aguja fina para aplicar estímulos eléctricos de baja frecuencia directamente sobre nervios periféricos o músculos específicos. Estos estímulos ayudan a modular la actividad nerviosa, reduciendo el dolor, mejorando la función muscular y facilitando la recuperación.
Esta técnica puede ser efectiva para tratar una variedad de condiciones, incluyendo dolor crónico musculoesquelético, dolor agudo, neuropatías, atrofia muscular, y condiciones patológicas crónicas. También puede utilizarse como parte del tratamiento de rehabilitación después delesiones o cirugías.
La inserción de la aguja para la neuromodulación percutánea puede causar una ligera molestia o sensación de pinchazo momentáneo similar al de una inyección. Sin embargo, los estímulos eléctricos aplicados durante el procedimiento suelen ser tolerables y ajustados según la respuesta del paciente para minimizar cualquier incomodidad.